2 formas en que los límites y consecuencias dañan a nuestros adolescentes

Sólo hay dos formas en las que los límites y consecuencias pueden ser nocivos para un adolescente y es: si no existen o si son desproporcionados.

Los límites son la forma en la que tus hij@s saben qué esperas de ellos y les dan certeza, seguridad y contención, es muy importante evitar que sean desproporcionados, pues el exceso de control genera inseguridad y desconfianza en ellos mismos.

Generalmente cuando caemos en el exceso de límites es porque nos paramos sólo en nuestros miedos, queremos controlarlo todo porque tenemos miedo de que algo salga mal, así que para evitarlo es indispensable basarnos en nuestra realidad y la de nuestros hijos, no en “MIEDOS masivos”, pues el miedo sirve para prever y anticiparnos, pero, si no es basado en la realidad actual de tu hijo, entonces jugará en tu contra.

Recuerda que al tener un *“Adulto en construcción”* en casa, sentirá la necesidad de exponer sus ideas y aun no sabe bien cómo hacerlo, así que a veces cae en extremos, ya sea excediendo en fuerza o con silencio y apatía al comunicarlo.

Si tú como adulto tienes claras las bases y objetivos específicos de cada límite, te será más fácil platicarlo con tranquilidad y claridad estando abierta a construir juntos una nueva idea, siempre que el objetivo se cumpla. El objetivo del límite NO es negociable, el cómo llegar a él, SI.

Para lograr esa claridad, te pido que primero te hagas las siguientes preguntas:

¿Qué quiero lograr o busco fomentar con ese límite?
¿Qué quiero evitar que suceda?
¿Es adecuado para su contexto y edad?

Tener claro estas tres cosas te ayudará a poder platicarlo y negociar con el/ella, pues quizá no esté de acuerdo en la forma en la que tu pretendes que lo aprenda, pero, si basado en el objetivo, te propone alguna nueva forma de hacerlo y está cumpliéndolo, entonces puedes ceder a su propuesta.

Es como cuando nosotros nos subimos a un avión, nos da seguridad saber que hay un piloto experimentado a cargo y que él sabe qué se debe hacer para volar y llevarnos al destino.

Así nuestros hijos inconscientemente, al sentir que hay alguien a cargo de lo que aún ell@s no pueden, les hace sentirse seguros, sin embargo, al ser “Adultos en construcción”, están iniciando su carrera para convertirse en pilotos de su propio avión, así que necesitarán comenzar a involucrarse un poco más, para ir aprendiendo cómo hacerlo.

Entiendo que hay días en que como mamás nos sentimos realmente exhaustas de la constante confrontación o apatía de nuestros hijos y ya no sabemos ni cómo decirles las cosas, por ello es importante que los límites:

se vayan actualizando con base a las nuevas inquietudes, retos y necesidades de crecimiento de tu hij@,
estén establecidos y claros en la dinámica familiar cotidiana,
tengan una consecuencia en caso de incumplirse,
seamos consistentes en su aplicación.

Ya que cuando estamos cansadas podemos llegar a ser más permisivas, por el hecho de no querer decirles y discutir, sin embargo, si ya tenemos establecido todo lo anterior, en realidad no habrá nada que discutir; solo en caso necesario, tendremos que ser firmes al avisarle que debe asumir la consecuencia previamente establecida.

Existen tres tipos de consecuencias: lógicas, naturales o al instante. Lo vital en este tema es hacerles ver que a toda acción corresponde una reacción, es decir; todos los seres humanos cada que accionamos algo, asumimos consecuencias ya sean positivas o negativas y esas sólo él o ella podrá elegirlas a través de sus actos.

Un tip muy importante al momento de determinar las consecuencias, es que deben ser graduales, es decir, ir de menos a más y la consecuencia DEBE ir ad-hoc con el evento, no sobrepasada pero tampoco insignificante.

El objetivo es que, cuando tu hij@ pruebe el límite, se percate que SI o SI se va a cumplir la consecuencia.

Si la situación o evento lo amerita, ve marcando límites graduales con sus consecuencias respectivas y por supuesto, ve cumpliendo las consecuencias con forme va rebasando los límites, ya que lo más importante es ser consistente y siempre hacer cumplir lo acordado.

Lo más importante con todo lo anterior es que tu “Adulto en Construcción” experimente lo que llamamos en Ludovalia “La física de la vida”, que es la famosa 3ª Ley de Newton: “A toda acción corresponde una reacción, de la misma intensidad y misma magnitud pero en sentido opuesto”.

Esto porque es importante enseñarle a nuestros hijos que todo tiene consecuencias y que, como la física lo indica, con sus acciones ellos generan una respuesta-reacción y deben asumirla, es decir, todo tiene consecuencias positivas o negativas.

Algunas consecuencias son naturales y otras tendrás que establecerlas clara y anticipadamente y siempre deberán ser adecuadas y respetadas, por ello lo más importante es: permítele que las viva, que aprenda a resolver asumiendolo sólo y SIN SERMONES de tu parte, para evitar que se enganche contigo y te “culpe” de la consecuencia que está asumiendo, pues cuando dejas que la asuma sólo entiende que: “No se trata de ti o de él/ella, si no de la vida misma”

No confundamos comprender con permitir, cada vez somos más las madres conscientes de una crianza respetuosa, que somos capaces de escuchar, comprender y acompañar a nuestros hij@s, sin embargo, eso no implica dejar de poner límites, pues los límites son positivos y necesarios para hacerles comprender cómo funciona la vida, inclusive me parece un acto negligente no enseñárselos, ya que, si llegan a la vida adulta sin esa realidad, les será muy complicado adaptarse y resolver la vida cotidiana.

Es sumamente importante que vivan el hecho de que, para ser respetado, necesitas respetar al otro y en este momento de su desarrollo ese otro es su familia y escuela.

La sana convivencia se establece a través de normas que deben respetar todos por igual, en donde no sobrepasamos al otro y tampoco permitimos ser sobrepasados, pero para ello necesitamos sentar acuerdos en beneficio de todos los que convivimos en el mismo espacio.

Como puedes ver, somos su primer acercamiento a la vida en sociedad y en la sociedad, cuando esté fuera de casa, no habrá quien le de chance o tolere que rompa límites y acuerdos (que rompa la ley), ya que en la sociedad las consecuencias ya son implacables (cárcel).

Así que lo mejor que puede pasarle es que aprenda de los límites con respeto y amor dentro de un círculo familiar firme, amoroso y consistente.